En Jesús encontramos todo

Hay frases que surgen claramente de un corazón enamorado, fascinado y lleno de alegría.
Así podemos entender esta frase que José María Coudrin, nuestro fundador, nos ofrece como clave para la vida. Más que una idea, unos valores, unas actitudes o un estilo… esta frase nos remite a una relación personal fuerte, profunda e íntima con Jesús. Pero, ¿cómo es posible que podamos tener una relación así con el Dios de todo lo creado y de la Historia?

Resulta muy complicado de explicar lo que corresponde al ámbito de la experiencia personal y de la fe / confianza. Sin embargo, todos sabemos que estos dos elementos, experiencia y confianza, juegan un papel clave en las relaciones personales. Cuanto mayor es la vida compartida y hecha experiencia, y cuanto mayor es la confianza en el otro, más gratuita, libre y profunda llega a ser la relación.

Esta frase, “En Jesús lo encontramos todo”, se vuelve invitación a arriesgar a fondo en la relación con Jesús, sin miedo, con plena confianza, porque surge desde la experiencia de quien entregó toda su vida por esta relación y se supo feliz y realizado en ella. Nos remite a mirar a Jesús, buscarle, conocerle a través de la Palabra, abrir el corazón al misterio de su presencia aquí y ahora.

Su nacimiento, su vida, su muerte… se vuelven iconos en los que sumergirnos en busca del encuentro personal con el Dios de la Vida, que es Dios-con-nosotros.

Como en todo encuentro personal auténtico, no buscamos meras soluciones a nuestros problemas, porque lo que importa no es la eficacia utilitarista, sino el encuentro, la relación. Entonces podemos descansar en la presencia de Aquel que está, que acompaña nuestra vida, que nos conoce a fondo, tal como somos. Entonces, desde la alegría y la gratuidad de este encuentro, nuestra vida va dejándose tocar por la suya, y también nuestras relaciones, nuestra manera de mirar, de valorar la vida, de comprender la historia y lo que acontece cada día… cual corazón enamorado, fascinado y feliz.