Profesores de hoy: místicos y profetas

Ahora que empezamos el curso escolar, las noticias se hacen eco de los nuevos métodos de enseñanza y la vida del docente cobra un poco de protagonismo, algunos envidian sus vacaciones y otros reconocen su tarea cuando dejan a sus hijos en una clase de niños donde la mayoría llora desconsoladamente sin saber por qué… El caso es que son días donde espontáneamente se va trazando el perfil del docente. Parece que buscamos que el buen profesor domine la técnica casi como un recetario: que sea capaz de hacer proyectos, P.B.L, cooperativo, coaching, todo ello aliñado con el uso de las TICs y, por supuesto, el dominio del Inglés. Y cómo no, mostrarlo todo en vídeos, ganar premios y ser reconocido en las redes. Sin embargo, cada vez tengo más la sensación de que hemos puesto la fuerza en la técnica y hemos abandonado el fondo. No es que la metodología no sea importante sino que se vacía si no tiene un porqué. Necesitamos profes místicos y profetas. Místicos, porque aprenden a mirar a cada alumno, contemplativos en el aula, porque confían en la capacidad del hombre para crecer. Místicos que respetan las vidas que tienen que delante, que saben cuidarlas y cultivarlas. Místicos que sean testigos de los secretos que nos van haciendo fuertes por dentro y que nos ayudan a descubrir la porción del Reino que está esperándonos a cada uno. Místicos que señalen el horizonte, que despierten el deseo y la curiosidad. Místicos que confíen en el poder transformador de la educación. Profetas que anuncien que lo mejor está por llegar, que nada de lo humano es insalvable, que alienten en la esperanza y sostengan en el dolor. Profetas generosos, que no les importe con paciencia sembrar al borde del camino, deshaciendo continuamente planes y programaciones. El profeta es denuncia subversiva de que nuestro mundo tiene que cambiar y anuncio de la Buena Noticia, de que es posible una vida mejor para todos. El místico y el profeta siguen las huellas del gran Maestro y no buscan resultados ni premios, porque su trabajo nace de una vocación. Cooperativo, proyectos, APS… sí, pero con el sentido que orienta la mística y la profecía.