Curó a muchos de sus males (7-Feb)

En la escena del Evangelio vemos a Jesús primero con la suegra enferma de Simón, y después con muchos enfermos y endemoniados. Jesús cura y libera de males porque quiere dar una palabra de esperanza ante el sufrimiento y el dolor. Jesús no lo evita, no mira hacia otro lado. Lo enfrenta en cada persona que sufre y le busca. Jesús no hace magia para curar, sino que da sentido profundo al sufrimiento y abre a la esperanza, que en esa situación es difícil encontrar.

En la primera lectura Job dice “corren mis días más que la lanzadera, se van consumiendo faltos de esperanza”. Su dolor es mayor, porque la gente cercana le dice que su situación se debe a que algo habrá hecho mal, Dios le castiga con el dolor y está en su contra.

Jesús lucha contra esa idea constantemente. Dios no produce ni quita el mal, el sufrimiento es parte de la vida. Por qué Dios me manda esto es una mala pregunta. Jesús seguramente cansado de compartir el dolor de los que tiene delante, se va a rezar, seguramente también para encontrar el sentido profundo del Dios bueno que nos da la vida y la sustenta, aunque a veces nos parezca que no. La pregunta se puede transformar en ¿cómo puedo amar más, incluso en mi situación? ¿Qué puedo hacer por ti?

Hoy vemos mucha gente sufriendo alrededor, muy cerca. Muchas personas han muerto, otras sufren la enfermedad y otras se quedan sin nada, y tantas sin esperanza. Es un momento de ofrecer, como Pablo, el rostro de Jesús. Si no anunciamos el Evangelio ¿qué hacemos entonces? Todo el mundo te busca, le dicen a Jesús. Y él sigue hacia otros lugares, a seguir hablando del amor de Dios, a anunciar el Evangelio, “que para eso he salido”. También nosotros podemos salir de nuestras incertidumbres, vacíos y, sobre todo, de nuestros miedos.

Nacho Moreno sscc