Semana 19 – 23 de abril

Lunes 19 de abril

Una semana más, continuamos en tiempo de Pascua y comenzamos la oración poniéndonos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ESCUCHAMOS LA PALABRA

Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 19-31

Al anochecer de aquel día,  estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos». Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».

A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto».

¿Cómo es mi fe? ¿Yo también necesito pruebas como Tomás para poder creer?

ORACIÓN

Ven ESPÍRITU creador, visita los corazones de los tuyos.

Enciende la luz en los ojos, infunde el amor en los corazones, fortalécenos con tu fuerza

Acrecienta en nosotros los dones de tu gracia, para que te comprendamos mejor y reconozcamos que el Espíritu nos hace renacer y que tu entrega ha sido por amor.

Martes 20 de abril

¡Buenos días! Nos disponemos para comenzar nuestra oración cotidiana, que nos ayuda a acercarnos a Dios y a centrar nuestra mirada en lo más importante para caminar con el corazón en Jesús. Lo hacemos en el nombre del Padre, del Hijo y de Espíritu Santo. Amén.

ESCUCHAMOS LA PALABRA

Lectura del santo evangelio según san Juan 

En aquel tiempo, el gentío dijo a Jesús: «¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”». 

Jesús les replicó: «En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan». Jesús les contestó: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás».

REFLEXIONAMOS

¿Qué necesitamos?, ¿de qué tenemos hambre, o sed?, ¿qué nos hace vivir plenamente?, ¿qué alimenta nuestro corazón?

A veces parece que necesitamos signos muy evidentes de que Dios es y está con nosotros. Parece que no lo vemos claramente y pedimos pruebas, muestras más claras. Y, resulta que están ahí, delante de nosotros. No siempre sabemos reconocerlas pues vivimos con prisa, con preocupaciones, con angustias, con alegrías locas, eufóricamente o dejando que los días nos pasen por encima: tenemos hambre de ese pan del cielo. 

No siempre nos es fácil parar y recuperar la esencia de la vida (nuestro pan) ni hacernos conscientes, desde la humildad, de que todo lo que tenemos de grandes, lo tenemos de pequeñitos; de que estamos en las manos de Dios; y de que Él se muestra en nosotros. Cuando sabemos ver esto, cuando tenemos Fe, nuestras angustias, prisas, miedos, euforias desatadas… pasan a otra esfera, dejan de ser tan urgentes como creíamos. Y se nos ilumina la lucecita haciéndonos conscientes de que hay alguien muy grande que nos alimenta SIEMPRE.

ORACIÓN

El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz. Madre Teresa de Calcuta

Miércoles 21 de abril

Comenzamos este nuevo día dando gracias a nuestro Padre Dios por el regalo de la Eucaristía, cuerpo y sangre de Jesús, Pan de Vida. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

ESCUCHAMOS LA PALABRA

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis.

Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.

Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día.

REFLEXIÓN

En Jesús está presente todo el amor de Dios, que es el Espíritu Santo. Quien se deja atraer por este amor va hacia Jesús, y va con fe, y recibe de Él la vida, la vida eterna. Quien vivió esta experiencia de primera mano fue la Virgen María. Aprendamos de Ella, a tener la alegría y la gratitud por el don de la fe. Un don que no es “propiedad privada”, sino que es un don para compartir: es un don “para la vida del mundo”. (Homilía del Papa Francisco, 9 de agosto de 2015).

Jueves 22 de abril

Comenzamos la oración poniéndonos en presencia del Señor todos juntos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ESCUCHAMOS LA PALABRA

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado, y yo lo resucitaré en el último día.

No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.

Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».

PEDIMOS A DIOS

Queridos hermanos y hermanas, pidamos a Dios que nos ayude a redescubrir la importancia de alimentarnos no solo de pan, sino de verdad, de amor, de Jesús, para estar cada vez más unidos a Él. Somos nosotros los que gracias a él acabamos por ser cambiados misteriosamente. 

Al mismo tiempo, recemos para que nunca le falte a nadie el pan necesario para una vida digna, y que se terminen las desigualdades no con las armas de la violencia, sino con el compartir y el amor.. (Benedicto XVI, 29 de julio de 2012).

REFLEXIONAMOS

Jesús nos alimenta, nos hace fuertes, da sentido a nuestro caminar. Se entrega a nosotros. Valoremos y sintamos a Jesús. Por muy duras que sean las etapas de nuestro camino, Él nos acompaña, nos apoya, nos nutre ¡Jesús es fuente de vida eterna!

Rezamos un Padrenuestro

Viernes 23 de abril

Comenzamos este nuevo día sabiendo y valorando el regalo que es la vida. Gracias Señor por esta mañana en la que puedo estar más cerca de ti. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

ESCUCHAMOS LA PALABRA

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?». Entonces Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».

 

Enciéndeme y déjame ser tu luz