Semana 15 – 18 de junio

Martes 15 de junio

Comenzamos un nuevo día haciendo silencio y poniéndonos en presencia de Dios en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Todos conocemos la oración del Padre Nuestro, que a menudo estamos acostumbrados a rezar repetitivamente y sin prestar atención. Hoy vamos a hacer algo distinto, vamos a escuchar a Dios rezar por nosotros una oración especial, es la oración del “Padrenuestro al revés”

Padrenuestro «al revés»:

«Hijo mío, que estás en la tierra,
preocupado, solitario y a veces tentado.
Yo conozco perfectamente tu nombre,
y lo pronuncio como santificándolo, porque te amo.
No, no estás sólo, sino habitado por Mí,
y juntos construimos este Reino
del que tú vas a ser el heredero.
Me gusta que hagas mi voluntad,
porque mi voluntad es que tú seas feliz,
ya que la gloria de Dios es el hombre vivo.
Cuenta siempre conmigo,
y tendrás el pan para hoy, no te preocupes;
sólo te pido que sepas compartirlo con tus hermanos.
Sabes que perdono todas tus ofensas,
antes incluso de que las cometas;
por eso te pido que hagas lo mismo con los que a ti te ofenden.
Y, para que nunca caigas en la tentación,
cógete fuerte de mi mano,
y yo te libraré del mal,
pobre y querido hijo mío».
J.L. Martín Descalzo

REFLEXIÓN

Relee la oración en silencio y escoge una frase que te llegue especialmente… Repítela por dentro un par de veces y deja que te acompañe en este día.

Miércoles 16 de junio

Comenzamos nuevo día cayendo en la cuenta de que es una nueva oportunidad para… ¿Para qué quieres que sea oportunidad hoy? Por eso empezamos haciendo silencio y poniéndonos a la escucha de Dios. Comenzamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

REFLEXIÓN

Hoy rezamos con esta imagen. Párate un momento y mírala… ¿Qué te sugiere?

Cada uno de nosotros se ha levantado hoy pensando en algo de lo que tenía que hacer, o en alguien a quien iba a ver… Todos tenemos propósitos, tareas, proyectos… Pero a veces vamos tan deprisa que no nos damos ni cuenta. Párate hoy al inicio del día y preséntale a Dios tus pasos, tus proyectos… que sea él quien te regale aquello que más necesita tu corazón.

Terminamos nuestra oración rezando juntos un PADRENUESTRO

Jueves 17 de junio

Hacemos silencio para hacernos conscientes de que estamos en la presencia de Dios en este nuevo día y comenzamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ESCUCHAMOS LA PALABRA

Del Evangelio de Mateo:

Un experto de la Ley, le preguntó a Jesús: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?” Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Éste es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 

REFLEXIÓN

Estamos hasta cansados de escuchar estas palabras que casi nos sabemos de memoria desde chiquititos, pero… ¿sabemos de verdad lo que significa? ¿Con qué leyes no escritas funcionamos en el día a día en la relación con nuestros compañeros de clase y la gente que nos rodea? ¿Me hago prójimo, cercano, sólo a quienes me caen bien o son “más guays”? 

Hacemos un momento de silencio para hacernos en verdad la pregunta

ORACIÓN FINAL

El prójimo
El prójimo no es algo que ya existe.
Prójimo es algo que uno se hace.
Prójimo no es el que ya tiene conmigo
relaciones de amistad,
de negocios, de afinidad…
Prójimo me hago yo cuando ante un ser humano,
incluso ante el extranjero o el enemigo,
decido dar un paso que me acerque,
y me aproxime de verdad a él.
Soy prójimo cuando la vida del otro me afecta,
y cuando le miro con los ojos de Dios

(Inspirado en la oración de Carlo María Martini, sj)

Viernes 18 de junio

Comenzamos un nuevo día haciendo silencio y poniéndonos en presencia de Dios en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Hoy rezamos con una oración de bendición. Vamos a escucharla haciendo silencio, cerrando los ojos, y dejando que cada palabra se nos vaya grabando dentro.

ORACIÓN

Señor, bendice mis manos
para que sean delicadas y sepan tomar sin jamás aprisionar,
que sepan dar sin calcular y tengan la fuerza de bendecir y consolar.

Señor, bendice mis ojos
para que sepan ver la necesidad y no olviden nunca lo que a nadie deslumbra;
que vean detrás de la superficie para que los demás se sientan felices
por mi modo de mirarles.

Señor, bendice mis oídos
para que sepan oír tu voz y perciban muy claramente el grito de los afligidos;
que sepan quedarse sordos al ruido inútil y la palabrería,
pero no a las voces que llaman y piden que las oigan y comprendan
aunque rompan mi comodidad.

Señor, bendice mi boca
para que dé testimonio de Ti y no diga nada que hiera o destruya;
que sólo pronuncie palabras que alivian, que nunca traicione confidencias y secretos,
que consiga despertar sonrisas.

Señor, bendice mi corazón
para que sea templo de tu Espíritu y sepa dar calor y refugio;
que sea generoso en perdonar y comprender
y aprenda a compartir el dolor y la alegría
Dios mío, que puedas contar conmigo con todo lo que soy, con todo lo que tengo.

Sabine Naegeli