No temas, basta que tengas fe (27-jun)

Este domingo la Palabra del Evangelio es más larga de lo habitual y está llena de matices y detalles que detenerse a saborear. Narra la historia de dos mujeres, al estilo de las películas corales en la que varias vidas se entrecruzan; como nuestra propia vida a menudo se entrecruza también con las historias de los otros. A una de estas mujeres la llevan. La otra, sin embargo, va por su propio pie. Jesús, como siempre, va o viene, pero su movimiento no le impide estar atento. De nuevo el Evangelio está plagado de verbos de sentido, mostrándonos a un Dios que toca, que ve, que oye y que se detiene ante la vida de otros. 

Te invito a que te detengas tú también hoy un momento a mirar y escuchar la vida de tantas personas con las que compartes el día a día, los rostros que te cruzas en el camino. Pero no lo hagas solo, hazlo a través del Evangelio, atraviesa a la otra orilla, con Él.

Contempla como Jesús escucha y se deja tocar por las lágrimas y angustia de Jairo ante la enfermedad de su hija de tan solo doce años. Mira cómo, por segunda vez, Jesús se deja tocar por esta mujer que cae a sus pies y confiesa todo su dolor cargado también durante doce largos años. Gestos, tiempos y verbos que se repiten: dejarse tocar, caer a los pies, acercarse, confesar la angustia, escuchar el grito y el llanto, padecer la enfermedad… Todo tan humano, tan nuestro… Y un Dios que nos nos deja, que nos mira y acoge, que se compromete a acompañarnos en todo y nos concede el don de la fe.

Escucha hoy las palabras de Jesús diciendo: “No temas; basta que tengas fe”, “tu fe te ha curado. Vete en paz.”

Al hilo del Evangelio pon ante Él tu vida, las personas e historias con las que te cruzas, la necesidad de tocar y dejarnos tocar por Jesús, por su presencia en los otros. En este final de curso, ábrete a la necesidad de confesar, de descargar los dolores que llevamos dentro y que nos impiden la vida como les ocurre a nuestras dos protagonistas. A Su lado y desde la fe, toda la vida que se te venga al corazón, sana y renace. “No temas, basta que tengas fe.”

Gema de Paz sscc