Comenzamos nuestra oración haciéndonos conscientes de que Dios está siempre con nosotros. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Seguir a Jesús no siempre es fácil, y Él lo sabe bien. Por eso les da a sus discípulos una serie de recomendaciones sobre qué hacer, cómo vivir. Escúchalas con atención y mira a ver cuál es aquella que Dios te dirige a ti especialmente hoy.
Lectura del evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: «La cosecha es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la cosecha que mande obreros a su cosecha. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: «Paz a esta casa». Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: «Está cerca de vosotros el reino de Dios.“