Recordamos que Enriqueta Aymer fue una mujer que luchó, que no se dejó vencer por las dificultades, que supo levantarse y reparar lo roto, con hilos de lo importante, que ante todo se agarró a la Vida.
Tuvo siempre esperanza a pesar de que la realidad le hablaba de lo contrario, violencia, persecución, pobreza…
Salmo 62
Sólo en Dios descansa, alma mía, de él viene mi esperanza.
Él solo es mi roca, mi salvación, mi alcázar: no vacilaré.
Vosotros confiad siempre en él, desahogaos con él, que él es nuestro refugio.
Escuchamos esta canción.