Preparad el camino al Señor (5-dic)

Llegamos al segundo domingo de Adviento. ¡Qué rápido pasa la semana! Hoy la Palabra es clara: “Preparad el camino al Señor”. ¿Cómo estoy preparándome para acoger al Dios que quiere habitar mi vida? Me gustaría que pudiéramos fijarnos juntos en un par de claves interesantes para ello que nos dan las lecturas de este domingo.

En primer lugar, el salmo 125. Volved a leerlo. Y dejaos inundar por la alegría de quien lo escribe. Este salmo, celebra el retorno de los israelitas a su tierra (a la tierra prometida por Dios) tras un tiempo muy muy difícil de exilio. También el Adviento es el tiempo de recuperar la promesa, de confiar en la palabra que se cumple, aunque “vaya llorando” por el camino, aunque nos parezca iluso soñar con otro futuro. Los que se saben sostenidos, guiados y amados, los que se han dejado encontrar por el Dios de la Vida, ven “que los montes se rebajan, los barrancos se rellenan, las colinas se igualan”. Estas imágenes tan visuales del profeta Baruc no son sino expresión, una vez más, de la vida del creyente, cuando ha experimentado que Dios hace posible lo que para nosotros es imposible.

El segundo apunte, del evangelio. ¿Os habéis fijado cómo empieza? ¿Por qué tantos nombres, tantos datos? ¿Por qué es importante? Quizás porque hay momentos en la vida, que llamamos “fundantes”, de los que se recuerda el día y la hora; qué estaba haciendo, dónde y cómo, cuando el Señor me encontró. Y se recuerdan. Y se escriben. Para que nadie olvide, que, en ese momento de la historia, todo cambió. ¿Tienes tú momentos de esos? ¿Cuáles dirías que son tus “experiencias fundantes”? Quizás este camino de Adviento es buen momento de rescatarlas y recordar, que Dios no juega con nosotros, que, si nos llamó a la vida, es por algo, o mejor, para algo. Que este adviento sea tiempo de rescatar la Promesa, tiempo de vivir desde la propia vocación y hacerla vida, otra vez, para que otros tengan vida.

Elena Díaz ss.cc.