Él les dijo: «A ver si me explico… Nada que venga de fuera hace que seáis peores. La comida, la bebida, la música que escucháis, la ropa que os ponéis… Eso no va al corazón, va a otras partes del cuerpo que no son tan vitales.
Lo que sale de dentro, eso sí que marca la diferencia entre los que son buenos y los que no lo son… Porque de dentro, del corazón, salen los malos propósitos, las faltas de respeto, las injusticias, las envidias, el orgullo, la frivolidad… Pero también puede salir todo lo bueno como el amor, la solidaridad, el respeto, el compañerismo… Eso os define y vosotros decidís qué queréis que salga de vuestro corazón.»
Pedimos en esta mañana a Dios que nos guíe y muestre cómo sacar de nosotros lo mejor que tenemos para ser nuestra mejor versión para los demás.
Te lo pedimos, Señor.
A los sagrados corazones de Jesús y de María. Honor y Gloria.