Semana 7 – 11 de febrero

Lunes 7 de febrero

Oración hecha por: Guillermo, Álvaro, Sergio y Pablo

¡Buenos días! Comenzamos la semana de forma serena, posando todo lo vivido el fin de semana y en presencial de Dios. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Dios siempre va a estar para nosotros. Aunque algunos no terminan de creer en Él, nos acompaña a todos los lugares, protegiéndonos desde su AMOR. Por eso debemos devolverle el favor rezando cada día, ayudando al prójimo y queriendo a todos por igual, ya que Dios nos ama con toda su alma.

Juan 4,16

“Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él.”

A los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Honor y Gloria.

Martes 8 de febrero

Oración hecha por: Adriana, Cynthia y Clara

Empezamos la mañana poniéndonos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Para comenzar la oración de vamos a escuchar una canción.

Como acabamos de escuchar, la canción habla de nuestra fuerza interior. A veces nosotros también pensamos que no servimos para nada, que no somos suficiente para los demás, que debemos esforzarnos y que somos inútiles; incluso creemos que no merecemos más oportunidades.

Dios nos llama a vivir, a luchar y a esforzarnos, nos acompaña en nuestro camino diario y nos anima a no rendirnos.

Como dice la canción: “mira hacia arriba, llama al cielo”, quiere decir que ahí está Dios y por ello debes sentirte protegido y amado por él, no debes rendirte.

En el reino de Dios todo el mundo es aceptado y aunque no seas muy bueno en algo o no consigas lo que te propones, lo importante, y lo que Él valora, es el esfuerzo que haces para conseguirlo.

Damos gracias a Dios por todas las posibilidades y dones que tenemos, damos gracias porque somos valiosos para Él, y pedimos al señor que nos esforcemos por cuidar y multiplicar esos dones.

Rezamos un Padre Nuestro.

Miércoles 9 de febrero

¡Feliz miércoles para todos! Comenzamos el día de forma tranquila y nos ponemos en Su presencia en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Amén. 

Vamos a pararnos hoy a escuchar lo que Jesús nos dice en la Palabra y a ver cómo lo podemos aplicar a nuestras vidas.

Del evangelio según san Marcos (7,14-23)… pero un poco actualizado

En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a sus alumnos y les dijo: «Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. El que tenga oídos para oír, que oiga.»

Los alumnos escucharon esto y se quedaron un poco igual. Se miraban entre ellos, como en clase de Matemáticas, y se preguntaban: «¿Qué dice este ahora?».

Él les dijo: «A ver si me explico… Nada que venga de fuera hace que seáis peores. La comida, la bebida, la música que escucháis, la ropa que os ponéis… Eso no va al corazón, va a otras partes del cuerpo que no son tan vitales.

Lo que sale de dentro, eso sí que marca la diferencia entre los que son buenos y los que no lo son… Porque de dentro, del corazón, salen los malos propósitos, las faltas de respeto, las injusticias, las envidias, el orgullo, la frivolidad… Pero también puede salir todo lo bueno como el amor, la solidaridad, el respeto, el compañerismo… Eso os define y vosotros decidís qué queréis que salga de vuestro corazón.»

 

Pedimos en esta mañana a Dios que nos guíe y muestre cómo sacar de nosotros lo mejor que tenemos para ser nuestra mejor versión para los demás.

Te lo pedimos, Señor.

A los sagrados corazones de Jesús y de María. Honor y Gloria.

Jueves 10 de febrero

Oración hecha por: Natalia, Eva y Sara

¡Buenos días! Comenzamos la oración poniéndonos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 

En nuestras vidas, todos tenemos el privilegio de poder pertenecer al Reino de Dios, en el que todos somos respetados y amados por igual, teniendo los mismos derechos y oportunidades. La misericordia es un elemento fundamental que va unido al mensaje que Jesús nos quiere transmitir, que es difundir la palabra de Dios gracias a la bondad, fuerza y libertad que Jesús nos concede, para alcanzar el bien, que es el objetivo de Dios.

El samaritano se apiada de herido y le ayuda, a pesar de sus distintos valores religiosos. No tiene en cuenta las consecuencias que conllevaría ayudarle.​ Representa la idea de amor al prójimo como a ti mismo, porque ayuda a una persona sin conocerla.​

Terminamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Viernes 11 de febrero

Oración hecha por: Sara, Irene y Esmeralda

Empezamos la mañana poniéndonos en presencia del Señor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Cuenta una leyenda que se reunieron todos los sentimientos y cualidades de los hombres. La Libertad, les propuso:

– ¿Jugamos al escondite? Es muy sencillo- dijo la Libertad– Yo me tapo los ojos vosotros os escondéis. Cuando termine empezaré a buscaros.

La Pereza se dejó caer detrás la primera piedra que se encontró en el camino, la Fe subió al cielo, la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo, la Generosidad casi no consigue esconderse a tiempo, porque cedía todos los sitios a los demás, y el Olvido, olvidó enseguida dónde se escondió.

Cuando la Libertad llegó a mil, el Amor se escondió en un rosal lleno de espinas.

– ¡Y mil! – dijo la Libertad, y comenzó a buscar y a encontrar a todos los participantes.

Pero al Amor, no lo pudo encontrar por ninguna parte. Se acercó a un rosal y libremente empezó a mover las ramas. Cuando de pronto, un doloroso grito se escuchó: las espinas habían herido los ojos del Amor. No sabía qué hacer para disculparse. Lloró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.

Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la Tierra, el AMOR es ciego y la LIBERTAD siempre lo acompaña.

Reflexión:

Jesús, al igual que a los apóstoles, nos concede la libertad para descubrirnos a nosotros mismos, poner nuestras mejores actitudes y capacidades en juego y seguirle. Somos libres para elegir si queremos pertenecer al Reino de Dios, libres para entregar nuestro amor incondicional a Dios y su causa. Ese amor incondicional es el mismo que tiene Él hacia nosotros, ya que nos acepta a todos tal y cómo somos.

A los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Honor y Gloria.