Semana 20 – 24 de junio

Lunes 20 de junio

Comenzamos nuestra oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 

Cada año, se celebra el 20 de junio de El Día Mundial del Refugiado, con el objetivo de visibilizar, y ayudar a millones de personas que viven en condición de refugiados, desplazados y a la espera de asilo en otros países debido a los conflictos armados, de violencia y persecución de los cuales son objeto en sus naciones de origen.

Por otra parte, las personas refugiadas y desplazadas deben enfrentar problemas sociales, los cuales requieren de la unificación de criterios para la aplicación de políticas sanitarias, educativas y sociales por parte de las naciones que los acogen.

Jesús es claro en su invitación a acoger a los que vienen de fuera… nos lo dice en el Evangelio de Mateo: «Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, era inmigrante y no me acogisteis, estaba desnudo y no me vestisteis… Os aseguro que lo que no hicisteis a uno de estos más pequeños no me lo hicisteis a mí.» 

 

Martes 21 de junio

Comenzamos nuestra oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

REFLEXIONA

“Ya está. Ya se acabaron los exámenes. Es hora de salir ahí afuera y disfrutar del mundo. Aunque tengas que ir a las recuperaciones, no deja de ser el final.  Es el momento de las notas. El momento de refrescar una y otra vez la página de notas para ver si por fin la suben y que te suba el pulso cuando hay un mensaje nuevo en el grupo de clase. Pero, y cuándo lleguen las notas ¿qué? La propuesta para afrontarlas es sencilla: ante el éxito, humildad; para el fracaso, confianza; y siempre, y en todo, gratitud. Cuando nos llegue el sobresaliente, alegrarnos, claro, felicitarnos. Pero, a la vez, pensar en todos los que han puesto de su parte para que eso llegue. Tus padres, respetando tus horas de encierro y siendo comprensivos con tus reacciones cuando no han podido hacerlo, tus compañeros que de alguna forma u otra te han ayudado… Ser humilde y capaz de agradecer.

Si llega el suspenso, seguir confiando en el esfuerzo, el trabajo, en que eres algo más que un número y un bache en el camino también es una oportunidad. Seguir confiando en los que están a tu alrededor y te apoyan. Y siempre y en todo, gratuidad. Ante el éxito, el fracaso, el final de curso, el verano, pide ser capaz de salir al encuentro de los demás, felicitar, ser el que apoya, planear y estar pendiente de la necesidad del otro… (Álvaro Zapata, sj)

Preséntale al Señor tu vida, el tiempo que se abre ahora por delante ¿Quién necesita de ti este verano? ¿En qué vas a invertir tu tiempo?

Terminamos rezando juntos un Padrenuestro.

Miércoles 22 de junio

Comenzamos nuestra oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Vamos a rezar con esta canción que nos invita en este tramo final de curso, a sentirnos enviados al mundo, a hacer de él un lugar un mejor:

REFLEXIONA

Ahora que acaba el curso, párate a pensar en qué momentos te has sentido enviado. Enviado a estar con aquellos que más sufren a nuestro alrededor. A aquellos que están más solos. A ser una palabra de alegría en medio de la tristeza, el agobio… El espíritu de Dios viene precisamente a impulsarnos, a darnos el empujón que a veces nos falta para salir de nuestra comodidad y darnos a aquellos que nos necesiten, para ser luz en medio de tanta oscuridad.

Piensa de cara al verano, o al próximo curso ¿cómo puedo ser luz para otros? ¿A quién puedo llevar ese mensaje de paz, de alegría que tanto hace falta a veces?

Recuerda también algunas experiencias en este curso donde hayas experimentado una felicidad que viene de Dios ¿Cómo te ha hecho feliz el Señor?

Terminamos rezando juntos el Padrenuestro.

Jueves 23 de junio

Comenzamos nuestra oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. En esta última semana del curso, estamos centrando nuestra oración en el hacer memoria de lo vivido y agradecer a Dios este curso. Hoy nos disponemos a comenzar el día rezando juntos esta oración:

ORACIÓN

Gracias, Señor, por este curso que termina,
por todo lo que he vivido y compartido, por todo lo que he avanzado,
por ese poquito que he crecido como persona.
Gracias, Señor, por mis compañeros, por los buenos momentos que he pasado, 
Por los malos ratos en los que, sin pedirlo, he sentido la cercanía y el apoyo de ellos.
Gracias, Señor, por las personas que me han ayudado, por todos los que han estado a mi lado.
Gracias, Señor, por nuestros compañeros y profesores:
por aquellos que nos hacen fácil la tarea diaria, por los que nos exigen mayor empeño y dedicación.
Llega el final de curso. Comenzamos las vacaciones con la intención de seguir siendo signo de amor,
de entrega y alegría en medio de mi familia y amigos.
Gracias por tanta confianza en mí.
Gracias por tantas “misiones” que a lo largo del curso que hemos compartido.
Gracias por tu presencia cercana y amiga.
Gracias porque cuentas con nosotros y nos dices, para el próximo curso, que nos reunamos todos juntos y sigamos “aventurándonos en todas las misiones” que nos encomiendes.

Vuelve a leer esta oración, ahora en silencio. Quédate con aquella frase que te haya tocado el corazón. Es el regalo de Dios para ti hoy. Repítela si quieres en voz alta, escucha la de tus compañeros y pide por ellos.

Terminamos nuestra oración diciendo juntos:
“A los Sagrados Corazones de Jesús y de María, honor y gloria”

Viernes 24 de junio

Comenzamos nuestra oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Terminamos el curso, y lo hacemos el día que celebramos la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, donde no pretendemos otra cosa que celebrar ese Amor divino y humano que Dios ha tenido y sigue teniendo con nosotros.

ESCUCHAMOS EL EVANGELIO

Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados con la lanza le traspasó el costado y al punto salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio y su testimonio es verdadero y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: “No le quebrarán un hueso”; y en otro lugar la Escritura dice: “Mirarán al que atravesaron”.

REFLEXIONA

Cristiano es aquel que piensa, siente y actúa movido por lo mismo que movió a Jesús, aquel que lucha por desarrollar su existencia desde las mismísimas motivaciones más hondas e íntimas de Jesús. ¿Qué te mueve a ti en la vida? ¿Te dejas llevar por lo que otros te dicen, o eliges amar?

Preséntale a Dios tu verano, todo lo que en estos meses se te pone por delante. Pídele que sea tiempo de descansar, disfrutar, y elegir amar.

¡Felices vacaciones!