Semana 21 – 25 de noviembre

Lunes 21 de noviembre

Nos ponemos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo…

Esta semana es especial para la Congregación de los SSCC, es especial para  todos nosotros, pues el miércoles  23 de noviembre es el día en que  conmemoramos la vida de la Buena Madre, fundadora junto al Buen Padre de la Congregación. Por eso empezaremos la oración con una frase de Enriqueta  Aymer que trataremos sea la  que guíe nuestro día.

 “La humildad es la fiel compañera de la sencillez; estas dos virtudes tienen una relación incalculable: sin sencillez no hay verdadera humildad.” (Enriqueta Aymer)

ESCUCHAMOS LA PALABRA

Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,1-4):

En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas, y dijo: «En verdad os digo que esa viuda pobre ha echado más que todos, porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

REFLEXIONAMOS

La viuda entregó todo lo que tenía para ayudar a quienes tenían menos que ella, Enriqueta Aymer renunció a una vida de lujo en un castillo, para seguir a Dios.

¿Y tú? ¿Alguna vez has renunciando a algo que te gustara mucho, que te hubiera gustado tener para ti, para darlo a alguien más necesitado? ¿Te sentiste bien contigo mismo? ¿Te sentiste tocado por el amor de Dios?

Finalizamos dando gracias a Dios por todo lo que tenemos y somos.

Terminamos rezando un Padrenuestro.

Martes 22 de noviembre

Nos ponemos en  presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo…

“Me ha dicho que siempre era Él,  aunque no se hiciese sentir; que Él sostenía mi alma en su desfallecimiento” Enriqueta Aymer

Comenzamos el día rezando con una canción de Pau Donés, “ESO QUE TÚ ME DAS”. Seguro la has escuchado más veces, pero  hoy presta atención a aquello que resuena en tu interior.

NOS PREGUNTAMOS

¿Qué realidades de sufrimiento hay cerca de mi?  ¿Qué me está pidiendo Dios que yo de en esa situación: mi amistad, mi alegría, mi compañía?

Finalizamos pidiendo a Dios que nos enseñe a reconocer lo que los demás necesitan de nosotros y poder darnos a ellos.

Padre Nuestro.

Miércoles 23 de noviembre

Nos ponemos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

“Él desearía que entraseis varias veces al día, aunque no fuese más que un momento, en el fondo de vuestro corazón para adorarle allí; porque Él ha puesto allí su morada y le gusta estar en ella.” Enriqueta Aymer

PROFUNDIZAMOS

El 23 de noviembre de 1834  muere la Buena Madre en Picpus (París), por eso para nosotros es un día especial, un día en el que celebramos con alegría su vida.

Hoy la recordamos especialmente rezando  la oración que las Hermanas de los SSCC de Chile hicieron para ella.

Padre, queremos alabarte por la gran mujer que fue Enriqueta, por sus cualidades humanas, la riqueza de su alma y su gran corazón capaz de amar a todos.

Te alabamos por su fidelidad a la llamada, por su entrega generosa, por su renuncia heroica, por su fortaleza ante la cruz, su amor sin límites a la Eucaristía y sus largas horas de adoración ante el sagrario.

Queremos darte gracias por el mensaje de amor que nos regalaste en la vida de la Madre Enriqueta por su entusiasmo de llevar la Buena Nueva de tu Evangelio a todas partes. Para mostrar la fuerza de tu amor, en una sociedad herida por el pecado y oprimida por la injusticia y la violencia.

Padre suscita entre nosotros mujeres y hombres como Enriqueta Aymer, comprometidos radicalmente con tu Evangelio para que podamos ser signo de tu Amor redentor en nuestro mundo.

Recrea en nosotros su espíritu de unidad para que como un solo cuerpo, un solo espíritu, una sola esperanza en nuestra vocación, seamos «uno» por los lazos de la gracia y la verdad, de la fe y del Amor.

Amén.

FELIZ DÍA DE LA BUENA MADRE.

Jueves 24 de noviembre

Nos ponemos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

“No tengáis miedo, id siempre adelante, no pueden haceros daño; tendréis impresiones, inquietudes, pero de ninguna manera impedimentos reales.” Enriqueta Aymer

ESCUCHAMOS LA PALABRA

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.

Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

REFLEXIONAMOS

No solo esos primeros cristianos fueron perseguidos. También la Buena Madre fue encarcelada. Aún hoy, en el siglo XXI, 2 de cada 5 cristianos en Asia sufre persecución extrema, 1 de cada 5 en África y 1 de cada 15 en América Latina.

Ser cristiano en una sociedad en la que prima el dinero y la imagen; en un mundo de injusticia, de violencia, de deshonestidad, no es sencillo.

Necesitamos ser valientes y mostrarnos al mundo como verdaderos discípulos y testigos de Jesús. Él ha prometido ayudarnos y estar con nosotros.

Rezamos todos juntos dando gracias por la Buena Madre y pidiendo por todos los cristianos del mundo.

Padre Nuestro.

 

Viernes 25 de noviembre

Nos ponemos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

 “Queremos que los niños se sientan felices entre nosotros” Enriqueta Aymer

¡CELEBRAMOS LA BUENA MADRE!

Enriqueta nació en un castillo de la nobleza en Francia. Vivió una vida de lujos hasta que durante la Revolución Francesa, es encarcelada junto con su madre por haber escondido en su casa a un sacerdote perseguido. Estando en prisión vive una experiencia de encuentro con Dios, que le lleva a querer entregarse a él por entero. Tras conocer al Padre Coudrin, ambos sintonizan espiritualmente, y en torno a ellos se unirán algunas otras mujeres y unos pocos hombres para formar una comunidad de la que nacerá la Congregación de los Sagrados Corazones.

Fundó diecisiete casas por distintos lugares de Francia y acogió en la Congregación a novecientas hermanas, Además, se ocupaba de la organización de la casa de París, donde vivían más de cien hermanos y hermanas; y se preocupaba de que las hermanas estuvieran bien y de que atendieran con especial cuidado a las niñas que tenían acogidas en las escuelas y colegios. Todo eso no le impedía vivir una vida de profunda contemplación, haciendo de la Adoración ante el Santísimo su principal actividad.

El Buen Padre escribió de ella:
“Su corazón es tan grande como sus pensamientos. Vivía el sufrimiento cargando con la Cruz del Señor… ella sostiene todo, guarda todo, y su corazón es como la barquilla que lleva en los tiempos de tempestad para sostener la Congregación.

Rezamos juntos el Padrenuestro