Días 24 – 28 ABRIL

Lunes 24 de abril

Buenos días, comenzamos nuestra oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

El sábado, día 22, celebrábamos el día de la tierra, día en el que nosotros como creyentes queremos agradecer toda la creación, la casa común como dice el Papa Francisco, y que somos invitados a cuidar y cultivar con prudencia y justicia, para que todos podamos vivir en ella en igualdad de condiciones. Porque como dice la Palabra en el libro del Génesis, “Vio Dios todo lo que hizo, y vio que era muy bueno”

REZAMOS JUNTOS
Oración por nuestra tierra (Laudato si’)
Dios omnipotente,
que estás presente en todo el universo
y en la más pequeña de tus criaturas,
Tú que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
derrama en nosotros la fuerza de tu amor
para que cuidemos la vida y la belleza.
Inúndanos de paz, para que vivamos como hermanos y hermanas
sin dañar a nadie.
Dios de los pobres,
ayúdanos a rescatar a los abandonados y olvidados de esta tierra
que tanto valen a tus ojos.
Sana nuestras vidas,
para que seamos protectores del mundo y no depredadores,
para que sembremos hermosura
y no contaminación y destrucción.
Toca los corazones
de los que buscan sólo beneficiosa costa de los pobres y de la tierra.
Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa,
a contemplar admirados,
a reconocer que estamos profundamente unidos
con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz infinita.
Gracias porque estás con nosotros todos los días.
Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz.
Ponemos todo este deseo en el Corazón de María, la Virgen de la Paz, rezando un Ave María.

Martes 25 de abril

Buenos días, seguimos en tiempo de Pascua, acogiendo las palabras de las lecturas que nos invitan a anunciar la paz y la alegría de la resurrección. Comenzamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y escuchamos hoy la lectura de la primera carta de Pedro.

ESCUCHAMOS LA PALABRA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (5,5b-14):

Tened sentimientos de humildad unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes.  Descargad en él todo vuestro agobio, que él se interesa por vosotros. Sed sobrios, estad alerta, que vuestro enemigo,la tentación del mal, ronda buscando a quién devorar. Resistidle firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos en el mundo entero pasan por los mismos sufrimientos. 

Os he escrito esta breve carta por mano de Silvano, al que tengo por hermano fiel, para exhortaros y atestiguaros que ésta es la verdadera gracia de Dios. Manteneos en ella. Os saluda la comunidad de Babilonia, y también Marcos, mi hijo. Saludaos entre vosotros con el beso del amor fraterno. Paz a todos vosotros, los cristianos.

Palabra de Dios

PROFUNDIZAMOS 

Es bonito ver cómo desde la distancia Pedro cuidaba a las otras comunidades cristianas. Las informaciones tardaban en llegar y se hacia mediante cartas, que amigos y conocidos llevaban de un lugar a otro. Los cristianos estaban en pleno momento de expansión, mientras eran perseguidos por aquellos que pensaban que Jesús era un traidor.

Piensa en lo que dice la carta de Pedro…la invitación al bien apoyándose en Dios, y la fortaleza para no resistir a la tentación del mal…

Pídele a Dios aquello que ahora más necesites.

Recuerda que tú también puedes ser escritor de cartas de palabras importantes para hablar de Dios.

Terminamos rezando un Padrenuestro. 

Miércoles 26 de abril

Buenos días, comenzamos nuestra oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Hoy escuchamos el evangelio de hoy, es del evangelio de Juan, cuyo lenguaje a veces es complejo de entender. Escúchalo detenidamente, y se es necesario lo podéis leer dos veces para fijaros mejor en los detalles.

ESCUCHAMOS LA PALABRA 

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,35-40):

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:

«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis.
Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.
Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día.
Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día».

Palabra del Señor

¿Qué puede significar que Jesús diga que es el pan de la vida, y que el que va a él no volverá a tener hambre jamás? 

Jesús hizo la voluntad de Dios Padre y así entregó su vida por amor a la humanidad. 

¿Qué crees que puedes entregar tú?

Terminamos rezando a María, para que nos ayude a vivir confiando como ella.

Jueves 27 de abril

Comenzamos nuestra oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

REZAMOS CON ESTA CANCIÓN

Y juntos rezamos esta oración pidiéndole al Señor que sepamos mirar y aprovechar el día, a su modo.

Señor, en el silencio de este día que nace,
vengo a pedirte paz, sabiduría, fortaleza y alegría.
Hoy quiero mirar el mundo con ojos llenos de amor.
Ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno. 
Ver detrás de las apariencias a tus hijos,
como los ves tú mismo, para así poder amarlos,
y apreciar la bondad de cada uno.
Cierra mis oídos a toda murmuración.
Guarda mi lengua de toda maledicencia.
Que solo los pensamientos que bendicen,
permanezcan en mi.
Quiero ser tan bien intencionado y justo,
que todo el que se acerque a mi sienta tu presencia.
Revísteme de tu bondad Señor,
y haz que durante este día, yo te refleje.

Viernes 28 de abril

Comenzamos nuestra oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Hoy vamos a conocer un poco más la historia de S. Pablo. De cómo se encontró con el Señor, y cómo su vida cambió tras ese encuentro. La primera lectura de hoy dice así:

ESCUCHAMOS LA PALABRA

Saulo, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a traerse encadenados a Jerusalén a los que descubriese que pertenecían al Camino, hombres y mujeres.

Mientras caminaba, cuando ya estaba cerca de Damasco, de repente una luz celestial lo envolvió con su resplandor. Cayó a tierra y oyó una voz que le decía:

«Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?».

Dijo él: «¿Quién eres, Señor?».

Respondió: «Soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, entra en la ciudad, y allí se te dirá lo que tienes que hacer».

Sus compañeros de viaje se quedaron mudos de estupor, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Lo llevaron de la mano hasta Damasco. Allí estuvo tres días ciego, sin comer ni beber.”

REFLEXIONAMOS

Podríamos decir que Pablo odiaba el cristianismo. No entendía, ni creía. Para él los cristianos eran una secta que había que eliminar (¿te suena familiar esta forma de hablar de los cristianos hoy?) Nadie podría haber convencido a Pablo de que estaba equivocado. Necesitó al propio Dios. Necesitó un encuentro. Necesitó experimentar que Dios existe, que Jesús era quien decía ser, que la muerte no es el final de la vida… Necesitó experimentar que era Verdad.

¿Qué necesitas tú para creer, o para afianzar tu fe?

Si eres de los que aún caminan con dudas, quizás sea el momento de que le pidas al Señor que te haga ver, como a Pablo.

Que descubras que lo de Dios, es verdad, y te está esperando.

Terminamos rezando juntos un Padrenuestro.