Estad en vela (1-dic)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre». Mt 24,37-44. Primer domingo de Adviento (ciclo A).

Adviento, ¡cuidado!, alguien puede entrar inesperadamente en nuestra casa a robar lo más preciado. Pero, a pesar de la alarma y las buenas cerraduras de que disponemos, los expertos de “guante blanco” vienen bien equipados según los vecinos y, en cualquier momento, pueden entrar en nuestro hogar.

Esto no puede condicionarnos y hacer bajar “la guardia”. Al contrario, toda la familia ha de estar atenta para que los ladrones sean sorprendidos por nuestra singular estrategia.

Cuando esperamos unos resultados médicos comprometedores o unos exámenes que posibilitan orientar nuestra vida, cuando vivimos en una extraña monotonía, cuando no valoramos lo que nos rodea, viene la “amenaza” de un ladrón que pone nuestra casa “patas arriba”.

Adviento es tiempo de atender de verdad el paso de Dios por nuestra cotidianidad, aunque eso signifique una auténtica revolución. La vigilancia es una actitud fundamental. Es decir, velar, estar atentos, que no se nos “escape” ningún detalle de lo realmente significativo. Los pequeños detalles son ¡tan importantes!

Fernando Cordero sscc