Semana 24 – 28 de enero

Lunes 24 de enero

¡Buenos días! Comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Hoy es un día muy especial para nosotros. Celebramos la festividad de la Virgen de la Paz.

La Virgen de la Paz es una pequeña imagen de 33 cm., de madera, color oscuro, hecha por un escultor en 1518. La imagen fue pasando de padres a hijos. Uno de los descendientes colocó la imagen en una capillita para que la gente pudiera acudir a ella en sus necesidades y el pueblo lo hacía con cariño y confianza. En el tiempo de guerras, el pueblo, angustiado, la rezaba como Reina de la Paz.

Cuando sucedió la revolución francesa, por temor a perderla escondieron la imagen, y al cabo de algún tiempo, la familia que cuidaba de ella, por petición de José Mª Coudrín, la entregó a Enriqueta, la Buena Madre.

Desde entonces, en 1806, la Virgen de la Paz ha sido nuestra protectora. Ella nos ha guardado de todo tipo de dificultades y siempre ha escuchado nuestra oración.
Hoy, con el paso de los tiempos, hay una réplica de esa imagen en todos los continentes, en todas las casas de los SSCC, en todos los lugares de misión. La original está en París en la casa Central de los Sagrados Corazones.

Rezamos juntos la oración de la Virgen de la Paz 

Virgen de la Paz, madre de los pobres y sencillos,
esperanza de los que están tristes.
tú nos diste a Jesús,
Él nos regaló la paz y el amor.
ayúdanos a vivir las palabras del Evangelio,
y a servir con alegría a todos los hombres,
porque todos somos hermanos.
Virgen de la paz,
danos tu alegría, tu cariño, tu amor,
que seamos mensajeros de paz
en nuestras familias, en el colegio, en todas partes.
queremos parecernos a ti,
y te pedimos que sepamos guardar en el corazón
las palabras de tu hijo Jesús. Amén.

 

Martes 25 de enero

Nos ponemos en presencia del Señor haciendo la señal de la cruz: “En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo”.

«El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre». Mc 3, 35

A veces nos cuesta cumplir la voluntad de Dios. Muchas veces nos asaltan las dudas o no nos sentimos unidos a Dios. Otras veces nuestros miedos e inseguridades son los que nos frenan aunque queremos seguir a Jesús. Todas estas situaciones se las presentamos a Dios en la oración de hoy, que vamos a hacer con esta canción que habla de las ocasiones en las que nos sentimos así.

Creo, sencillamente
Quiero disfrutar de la serenidad del creer
Desligar el creer del sentir
Creo, mi Dios, y basta
Te creo en tus misterios
Sin entenderlos
Te creo en mí (te creo en mí) y en el pan blanco
En el prójimo y en la creación
Sin verte en ningún lado
Creo, Señor, sencillamente
Porque creer es confiar
Y cómo me gusta creerte sintiendo dudas
Sintiendo dudas, Sintiendo dudas
Digo que eres amor
Escucho que soy tu amado
No siento y qué más da
Te quiero y eso basta
Amor, Señor, sencillamente
Porque amar es entregarse
Y cómo me gusta amarte estando frío
Estando frío, Estando frío
Espero en tu palabra
Vivo en tu promesa
Gozo en ti
Lo que aún me falta
Espero, Señor, sencillamente
Porque esperar es descansar
Y cómo me gusta esperarte sintiendo miedo
Sintiendo miedo, Sintiendo miedo
Creo (Señor sencillamente)
Amo (sencillamente)
Espero
Cómo me gusta seguirte sintiendo dudas
Estando frío
Sintiendo miedo
Cómo me gusta, Cómo me gusta
Creerte, amarte y esperarte
Te sigo sencillamente

Miércoles 26 de enero

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Amén. Hoy vamos a pedirle al Señor PAZ para nuestro mundo. De algunos conflictos que hay hoy en día estamos más informados pero de muchos otros no tenemos ninguna información. Las noticias no nos hablan de ellos porque no interesan o porque han dejado de ser novedad. Sin embargo, mucha gente sigue sufriendo por guerras, terrorismo, violencia a lo largo de todo el mundo. También entre nosotros necesitamos la paz y todos somos responsables de construirla.

REZAMOS JUNTOS ESTA ORACIÓN

Danos, Señor, la paz -tu paz-
la paz de cada día.
Solo Tú puedes enseñarnos a vivir y convivir con los demás
sin que el odio, el rencor, la indiferencia, reinen en nuestras relaciones.
Tú paz, Señor, es la que queremos que llene el mundo:
es la única que sabe que el camino de la violencia no es bueno,
que la solución es romper con el perdón
la dinámica de la venganza
y llegar incluso a amar a los enemigos.

Señor, tráenos tu paz, la única definitiva.
Danos un corazón nuevo capaz de amar como Tú,
de acercarnos a quien piensa diferente,
de acoger al que es hostil,
de perdonar a quien nos ofende,
de amar hasta a los enemigos.
Como Tú hiciste.
Amén.

Jueves 27 de enero

¡Buenos días! Comenzamos la oración de esta mañana poniéndonos en presencia del Señor en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo…

ESCUCHAMOS Y REFLEXIONAMOS

Escuchad esta frase que le dijo un día Jesús a la gente que le escuchaba. (Mc. 4, 21-24).

En aquel tiempo, dijo Jesús a la muchedumbre: “Atención a lo que estáis oyendo: La medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces”.

Qué fácil es juzgar a los demás, ¿verdad? Qué fácil es ser exigentes con los que nos rodean. Llevar cuenta de todo lo que nos hacen. Recordar cada ocasión en la que nos fallaron, cada vez que no cumplieron con lo que esperábamos de ellos… ¡Y no pasarles ni una! ¡Estaría bueno!

Y, sin embargo, Jesús nos dice que la medida con la que midamos a los demás será la que se emplee con nosotros mismos. Porque… qué diferente juzgamos las acciones de los demás de nuestras propias acciones.

Para nosotros siempre tenemos disculpas, siempre hay una explicación de por qué hicimos esto o lo otro. En cambio con los demás, somos intransigentes. En vez de interesarnos en sus motivos, les juzgamos. En vez de preocuparnos por saber qué les hizo actuar así, les escarmentamos. En vez de ponernos en su lugar, les condenamos. ¡Ay, si hiciéramos eso con nosotros mismos!

Vamos a proponernos vivir el día de hoy sin juzgar a los demás sino intentando averiguar sus motivos, ¡seguro que hoy vemos todo lo que nos pase de un modo muy distinto!

Viernes 28 de enero

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Amén. Terminamos esta semana en la que el tema principal ha sido la paz, rezando juntos esta oración de San Francisco de Asis. Dejemos que cada palabra que vamos a decir caiga sobre nuestro corazón y se haga nuestra.

ORACIÓN

Oración por la paz de San Francisco de Asís

Señor, hazme un instrumento de tu paz:
donde haya odio, ponga yo amor,
donde haya ofensas, ponga yo perdón,
donde haya discordia, ponga yo unión,
donde haya error, ponga yo verdad,
donde haya duda, ponga yo fe,
donde haya desesperación, ponga yo esperanza,
donde haya tiniebla, ponga yo luz,
donde haya tristeza, ponga yo alegría.

Oh, Señor, haz que yo no busque tanto
el ser consolado, como consolar,
el ser comprendido, como comprender,
el ser amado, como amar.
Porque dando es como se recibe,
olvidándose de sí es como se encuentra,
perdonando es como se es perdonado,
muriendo es como se resucita para la vida eterna.

Amén.