Días 11- 14 ABRIL

Martes 11 de abril

¡Feliz pascua! Comenzamos nuestra oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

ESCUCHAMOS LA CANCIÓN

Estamos en pascua, el tiempo donde estar atentos, ¡muy atentos! a los pequeños signos de la resurrección que nos vamos encontrando en las pequeñas cosas de cada día.

Hoy rezamos escuchando esta canción:

Terminamos pidiéndole al Señor que nos ayude a soltar nuestros miedos, que nos enseñe a confiar en Él, a confiar en que la vida, vence a la muerte siempre.

 

Miércoles 12 de abril

Buenos días. Un día más comenzamos nuestra oración poniéndonos en presencia del Señor: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.  

ESCUCHAMOS LA PALABRA 

(Salmo 62)

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti” Desde este salmo vamos a rezar con una oración muy pascual. Rezamos esta oración en dos grupo y podemos repetir en alto alguna frase que nos guste o ayude especialmente:

ESTA MAÑANA

Esta mañana
enderezo mi espalda,
abro mi rostro,
respiro la aurora,
escojo la vida.

Esta mañana
acojo mis golpes,
acallo mis límites,
disuelvo mis miedos,
escojo la vida.


Esta mañana
miro a los ojos,
abrazo una espalda,
doy mi palabra,
escojo la vida.

.


Esta mañana
remanso la paz,
alimento el futuro,
comparto alegría,
escojo la vida.

Esta mañana
te busco en la muerte,
te alzo del fango,
te cargo, tan frágil.
Escojo la vida.

Esta mañana
te escucho en silencio,
te dejo llenarme,
te sigo de cerca.
Escojo la vida. 
Benjamín González Buelta, sj

Terminamos rezando un Padrenuestro

Jueves 13 de abril

Comenzamos nuestra oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Seguimos en una semana importante, la semana de pascua. ¿Qué celebramos exactamente? Veamos el siguiente vídeo…

PROFUNDIZAMOS

En un momento de silencio, cada uno puede pedirle a Dios algo que desea con especial fuerza en este tiempo de pascua, para él o para alguien a quien quiere.

Terminamos rezando juntos el Padrenuestro.

Viernes 14 de abril

Comenzamos nuestra oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. El evangelio de hoy cuenta una de las apariciones del Resucitado, según lo recuerda S. Juan, y  dice así:

ESCUCHAMOS LA PALABRA 

Juan 21 (1-7)

Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el de Caná de Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar».
Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo».
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?».
Ellos contestaron: «No».
Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis».
La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro:
«Es el Señor».

REFLEXIONAMOS 

Había algo en las palabras, en los gestos, en la mirada de Jesús que hizo que uno de sus discípulos (aquel que se sabía amado) le reconociera. “¡Es el Señor!”. Y es que sabemos reconocer a la gente a la que hemos querido mucho. Por sus gestos, sus palabras… por aquello que se ha quedado grabado en nosotros. Recordarlos nos hace sonreír, tenemos grabadas en la memoria frases, recomendaciones, consejos que nos dieron… lo mismo les pasa a los discípulos.

Esta escena, ya la habían vivido, al inicio del evangelio cuando Jesús les llamó y les hizo “pescadores de hombres”. Ahora se repite al final, como si ellos, después de haberle visto morir y resucitar, tuvieran que elegir de nuevo si querían seguirle o no, ahora que ya sabían toda la historia. Así es Dios, no nos obliga a creer en Él, sólo nos invita, siempre nos espera. Solo podrás decirle que si, cuando como los discípulos, te encuentres con Él, sepas que existe no porque otros te lo cuenten, sino porque tú lo has experimentado.

Hoy vamos a terminar la oración rezando unos por otros, pidiéndole al Señor que nuestros compañeros de clase, nuestros amigos, nuestra familia…. se encuentren con el Señor y como el discípulo amado, le reconozcan en sus vidas. Se lo pedimos diciendo juntos Padrenuestro….