«UNA OPORTUNIDAD. » (24- SEP)

“Amigo: ¿no nos ajustamos en un denario?” ¿Qué tendrá ese patrón que “se ajusta” con sus jornaleros para que Jesús diga que el Reino es así? Más que un trato laboral, este “ajustarse” del propietario nos revela en qué consiste la verdadera justicia: en dar a todos una oportunidad para vivir. Esta es la dinámica del Reino.

Es evidente que no es lo mismo recibir esta parábola si me sitúo entre los jornaleros de la primera hora que si soy uno de esos que soportan la angustia de un día más perdido sin poder ganarse el sustento. Es para éstos, los últimos, para quienes el Anuncio suena a Buena Noticia con mayor claridad.

A ellos les habla primero Jesús, como si comprendiera bien su situación. ¿Sería imposible imaginar a Cristo experimentando la angustia de aguardar en la plaza de Nazaret a que alguien lo contratara y la frustración de volver a casa de su Madre con las manos vacías? ¿Sería exagerado afirmar que en esa experiencia el mismo Jesús descubrió que su Padre Bueno trabaja para dar a otros una oportunidad para vivir? ¿No será este Cristo jornalero la Buena Noticia para tantos migrantes y refugiados, cuya jornada en la Iglesia se celebra hoy, y que no son ajenos al drama de la parábola?

Pero también para ese trabajador indignado de la primera hora tiene este evangelio un Buen Anuncio. Menos mal, porque quizás en él estamos muchos de nosotros, que quizás estamos pensando: “somos catequistas, voluntarios, nos dejamos la vida en el trabajo de tu viña: ¿no nos lo vas a recompensar, Señor? ¿Nos vas a pagar lo mismo que otros y, encima, más tarde?”

Dios a este indignado lo llama “amigo”, igual que llama “hijo mío” al indignado hijo mayor de la parábola más conocida de Lucas. También a ti y a mí: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. La misión no es ni una amenaza ni una condena: te estoy confiando en aquello que es más valioso para mí. ¡Sal de la indignación, recupera la alegría por la misión! ¿Acaso no es la mejor de las recompensas mi propuesta de que gastes la vida para que otros tengan una oportunidad para vivir?”

Pablo Bernal ss.cc.

Mt (20,1-16):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: «Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido.» Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: «¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?» Le respondieron: «Nadie nos ha contratado.» Él les dijo: «Id también vosotros a mi viña.» Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: «Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros.» Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: «Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno.» Él replicó a uno de ellos: «Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?» Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.»

Palabra del Señor

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