En tiempos de Jesús, las noticias no eran tan inmediatas como ahora. Se había ido extendiendo su fama pero había mucha gente que no le conocía y que, viendo las cosas que decía y que hacía, se preguntaba quién podía ser alguien que actuaba así.
Entre ellos estaba Herodes, que mandaba en aquel lugar.
ESCUCHAMOS LA PALABRA
Lc (9,7-9):
En aquel tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Herodes se decía: «A Juan lo mandé matar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?»
Y tenía ganas de ver a Jesús.
REFLEXIONAMOS
Nosotros somos privilegiados de conocer a Jesús. Tenemos suerte de tener quien nos hable de Él y nos explique todo sobre su vida. Tenemos suerte de poder encontrarnos con Él en la oración, en la Eucaristía, en las reuniones de pastoral.
Seguro que en este curso que comienza, vamos a tener ocasión de descubrirlo en muchos más momentos. Queremos darle en nuestras vidas el lugar que se merece. Queremos conocerle un poco más y descubrir que Él da sentido a todo lo que somos y hacemos. Merece la pena.
Se lo pedimos a Dios rezando juntos el padrenuestro.