«CONFIANZA Y COMPROMISO » (8- OCT)

La parábola de los “viñadores homicidas” es una triste y dura historia que Jesús dirige a los grupos religiosos de su tiempo. 

En ella se nos narra la historia de unos labradores encargados por un señor para trabajar su viña. Pero llegado el momento de recoger los frutos, estos se niegan a entregar la cosecha; matando uno a uno a los criados enviados por el señor para recoger dichos frutos. El atrevimiento de estos labradores llega hasta tal punto, que cuando el señor se ve obligado a enviar a su hijo, echan a este y lo matan para quedarse como dueños del terreno. 

Estos líderes religiosos, sacan sus propias conclusiones al terminar de escuchar la historia y al ser preguntados por Jesús: hay que quitarles la viña a esos “labradores malos” que no han sabido responder al encargo y entregársela a otros “labradores buenos” que sepan cuidar de lo encomendado. 

Pero la pregunta es: ¿será que estos líderes del pueblo, que escuchan atentos a Jesús, se sienten interpelados por la historia?, ¿nos sentimos nosotros interpelados por ella? Dios espera los frutos de nuestro compromiso con Él y con su proyecto. Él nos confía el cuidado de su viña, de su pueblo, de la Humanidad. 

¿Qué hago con aquello que me confía? Estemos en alerta para no caer en la sutil tentación de quedarnos con “su herencia” y deshacernos del Heredero. 

Maru Cornejo, sscc

 Mt (21,33-43):

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: «Tendrán respeto a mi hijo.» Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: «Éste es el heredero, venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia.» Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?»
Le contestaron: «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos.»
Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en la Escritura: «La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente?» Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.»

Palabra del Señor