ESCUCHAMOS LA PALABRA
Lucas escribe: “En aquellos días, Jesús dijo a sus discípulos: «Lo que sucedió en el tiempo de Noé también sucederá en el tiempo del Hijo del hombre: comían y bebían, se casaban hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces vino el diluvio y los hizo perecer a todos.
Lo mismo sucedió en el tiempo de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, sembraban y construían, pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Pues lo mismo sucederá el día en que el Hijo del hombre se manifieste.
Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, que no baje a recogerlas; y el que esté en el campo, que no mire hacia atrás […]. Quien intente conservar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará.” Palabra de Dios
REFLEXIONAMOS
¡Cuántas veces pasamos por nuestra vida con la conciencia dormida, encerrados en una vida en donde nuestro individualismo no tiene límite! La lectura de hoy nos invita a dejar de lado nuestro egoísmo, a cambiar nuestra actitud hacia el mundo, hacia los demás y hacia Dios, y comprometernos en la construcción del Reino. De igual manera se nos recuerda que no hace falta esperar a que nuestra vida avance para empezar esta misión, puesto que el Reino de Dios comienza aquí y ahora.
¿Qué actitudes te impiden ser el reflejo de Dios en tu día a día? ¿cómo puedes contribuir a ser mensajero del Reino en tu familia, en el colegio, entre tus amigos y compañeros?
Para terminar esta oración, hacemos presente también a nuestra madre María, dejando en sus manos todas las inquietudes, peticiones y deseos que han surgido durante esta oración. Rezamos juntos un Ave María.