Semana 5 – 8 de marzo

Martes 5 de marzo

Buenos días, comenzamos la oración de hoy en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo.

Te invitamos a mirar y escuchar con atención este vídeo de la cantautora londinense Binky, en su canción Fireflies, habla sobre la nostalgia y la sensación de soledad. En la canción se observa también la fascinación de la cantante al observar luciérnagas. Esto nos recuerda la maravilla de la creación y la belleza de la naturaleza como un regalo de Dios. 

PROFUNDIZAMOS

Mira en tu interior y busca en tu soledad a Dios. Como las luciérnagas, que emiten luz en la oscuridad, pídele al Señor que sea tu luz en la oscuridad y tu esperanza en los momentos difíciles.

Rezamos juntos un Padre Nuestro

Miércoles 6 de marzo

Comenzamos este hermoso día en el nombre de Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Con atención y todos nuestros sentidos puestos en lo que estamos haciendo, os invitar a rezar juntos el siguiente salmo.

SALMO 147

Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti.

Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.

Este salmo es una alabanza a Dios por Su sabiduría, poder, y palabra. Que sepamos buscar la presencia de Dios a nuestro alrededor en todos los rincones de nuestra vida.

 

Jueves 7 de marzo

Buenos días, nos ponemos en presencia del Señor en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

ESCUCHAMOS LA PALABRA

Lectura del libro de Jeremías (7,23-28):

Esto dice el Señor: «Esta fue la orden que di a mi pueblo: “Escuchad mi voz, Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo. Seguid el camino que os señalo, y todo os irá bien”. Pero no escucharon ni hicieron caso. Al contrario, caminaron según sus ideas, según la maldad de su obstinado corazón. Me dieron la espalda y no la cara.

Desde que salieron vuestros padres de Egipto hasta hoy, os envié a mis siervos, los profetas, un día tras otro; pero no me escucharon ni me hicieron caso. Al contrario, endurecieron la cerviz y fueron peores que sus padres.

Ya puedes repetirles este discurso, seguro que no te escucharán; ya puedes gritarles, seguro que no te responderán. Aun así les dirás: “Esta es la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios, y no quiso escarmentar. Ha desaparecido la sinceridad, se la han arrancado de la boca”».

REFLEXIONAMOS

Esta lectura nos invita a examinar nuestras propias vidas y considerar si estamos realmente escuchando la voz de Dios y siguiendo su camino, o si estamos dejando que nuestras propios deseos nos guíen. Es fácil caer en la tentación, pero debemos recordar que el camino de Dios es el camino de la verdadera felicidad y plenitud.

 

Terminamos rezando un Padre Nuestro.

Viernes 8 de marzo

En el mundo actual, una realidad que merece nuestra reflexión y oración es la situación de millones de personas que sufren debido a conflictos armados, desplazamientos forzados, y crisis humanitarias en diversas partes del mundo. Cada día, innumerables personas se enfrentan a la violencia, la injusticia, y la pérdida de sus hogares y seres queridos.

Al comenzar nuestra jornada, podemos dirigir nuestra oración hacia aquellos que están sufriendo, pidiendo por su protección, consuelo y esperanza. Oramos para que los líderes mundiales busquen soluciones pacíficas y justas a los conflictos, y que la comunidad internacional se una en solidaridad para proporcionar ayuda y apoyo a quienes más lo necesitan.

Además, podemos reflexionar sobre nuestro propio papel en la construcción de un mundo más justo y compasivo. Debemos comprometernos a ser agentes de cambio en nuestras comunidades, promoviendo la paz, la reconciliación y la comprensión mutua. También podemos comprometernos a apoyar a las organizaciones y proyectos que trabajan para aliviar el sufrimiento y promover la dignidad y los derechos humanos en todo el mundo.

Que nuestra oración de la mañana nos inspire a ser luz en medio de la oscuridad, y a trabajar por un mundo donde reine la paz, la justicia y el amor. Que podamos ser instrumentos de esperanza y consuelo para aquellos que más lo necesitan, y que juntos podamos construir un mundo donde todos puedan vivir con dignidad y seguridad. Amén.

Terminamos rezando un Padrenuestro