Buenos días a todos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Hoy vamos a dar gracias a Dios por el simple hecho de haber amanecido, como todos los días, en esta vida que Dios nos ha entregado. Por poder amanecer con la ilusión de poder venir al colegio, por todos los profesores que tenemos que nos enseñan con toda su entrega, por todos los compañeros y compañeras con los que compartimos el aula cada día, por lo amigos y amigas que hacemos aquí, y que mantendremos a lo largo de los años. Gracias, Señor.